Las comunicaciones implican una visión, un destino, saber qué queremos activar y también dónde queremos llegar, y esto es, en simples palabras, “comunicación estratégica”.
Las sociedades están en constante cambio y hoy, más que nunca, es importante generar valor, difundir contenidos que aporten ideas, buenos ejemplos, confianza y esperanza a nuestras audiencias.
En este escenario nacen nuevas propuestas e iniciativas como el “Periodismo de Soluciones”, con el enfoque de actualizar la labor de los periodistas y los comunicadores, basados en la investigación, con foco en mostrar casos de éxito y ejemplos sociales que motivan y le dan esperanza a las personas y a las comunidades.
Dejar de enfocarse en los problemas que generan ansiedad, desilusión o miedo, y poner el foco en las soluciones: de qué manera se están organizando las personas en resolver los problemas, salir de la crisis, mejorar nuestro entorno, construir una estructura de relaciones proactivas que beneficien el desarrollo de una comunidad, mostrar procesos en que las personas conscientes de su responsabilidad, motivadas y optimistas, construyen un futuro mejor.
Nacido en la era de la revolución digital, el periodismo de soluciones marca un cambio cultural en una profesión, que ya no se sonroja cuando hace otra cosa que «arrancar el bolígrafo en la herida», como dijo Albert London.
“Si es necesario que la prensa continúe denunciando, ahora es esencial que también destaque las iniciativas de progreso”.
La “revolución del periodismo” nace hace un par de años en Europa y países desarrollados, con autores como Emilie Kovacs y su ensayo, Journalisme de Solutions ou la révolution de l’information (editorial Librinova, febrero de 2018) que llama a crear un periodismo constructivo, restaurativo o de impacto, dejar atrás el periodismo ingenuo, que busca ser positivo en el vacío.
Esta es una práctica tan exigente y rigurosa que tiene como objetivo encontrar soluciones a los problemas ya señalados y proponerlos a un público que quiera preocuparse.
“Como comunicadores, nuestro trabajo es reflejar con exactitud lo que ocurre en la sociedad. Si no cubrimos las numerosas maneras en que las personas e instituciones tratan de resolver los problemas, lo logren o no, no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Por ejemplo, si solo cubrimos los problemas sistémicos de las escuelas e ignoramos los modelos que trabajan para mejorar la educación, no estamos contando toda la historia”, aclara David Bornstein, cofundador de Solutions Journalism Lab.
Bornstein define el periodismo de soluciones como la cobertura de las respuestas a los problemas sociales realizada de manera cautivante y minuciosa; una cobertura que sigue los más altos estándares periodísticos, y ese es nuestra misión que como agencia de comunicaciones que trabaja y se actualiza para ofrecer estrategias de comunicación que sean un aporte para las empresas, las personas, la comunidad y el medioambiente, como
la base para juntos aportar con un grano de arena en la construcción de realidades positivas y en aportar valor a nuestras audiencias.
En momentos de crisis, que sabemos son oportunidades para evolucionar, es más necesario que nunca ejercer un “buen periodismo” y para practicarlo de manera responsable y ética, es necesario investigar a profundidad y presentar los hechos con rigurosidad.
Un segundo paso sería definir una política editorial con una clara misión de educar e informar, seleccionando las iniciativas que combaten con éxito problemas sociales en distintas esferas de nuestras sociedades. Eso sería un gran aporte.
Iniciar el cambio hacia una nueva cultura periodística y comunicacional, comienza en el aula, se desarrolla en las agencias de comunicaciones y también en los medios que incorporan al «periodismo de soluciones» en sus pautas de contenidos que aportan ideas, generan esperanza y motivan, mostrando el lado «virtuoso» de las personas y organizaciones que se organizan por un bien común.